Sobre la serie

Effymine es una serie escrita a modo de crónica íntima. La primera temporada (existencialista) duró 22 entregas. La segunda (realista) 20. Esta página y producción es parte del BlogArte de Effýmia: effymia.blogspot.com

lunes, 14 de diciembre de 2009

F.O.F.


De una alcantarilla salió un ser bidimensional con dientes triangulares. Lo adormecieron y lo encerraron en una celda. Usé mis encantos tristes para que el de seguridad me deje verlo. Era bello en la oscuridad. Le pregunté al ser si quería ser mi amigo, y aceptó de buena gana. Le dije que yo iba a ayudarlo a escapar, pero que él debía prometerme algo a cambio: una vez afuera usaría sus dientes para matarme. Silencio. "Te lo prometo". Desperté.

En entregas anteriores: Elizabeth nació adelantada a sí misma. // El tiempo es una invención del hombre para no perderse, igual se pierde. // "Ya es hora". // El amor en sí no existe, es algo para Elizabeth y otro algo para otra mujer. // Debe lidiar con la distorsión entre su ser y su representación. // Si nadie te conoce, si nadie te ve, estás sola. // Sabe al peligro, lo terrible: se volvería loca, se mataría. // "Estoy lista."

Hoy, Entrega nº8: ¡Ayuda! (F.O.F. - eF, Oh, eF)

Ayudar a alguien, y/o hacer algo por su bien, también son dos conceptos que se ven afectados por la subjetividad del sujeto que cree hacer lo mejor, y la de la persona en la que repercute su accionar. Elizabeth vio demasiadas veces a sus padres repetir el mismo error. Muchas veces las personas justifican sus malos modos por sus buenos fines, tal y como Maquiavelo (el fin justifica los medios) pero no se reconocen maquiavélicos sino víctimas de las buenas intenciones. Entonces cuando piden perdón no parecen disculparse por haber actuado mal, sino por haber sido demasiado buenos. Y si no les concedes el perdón de pronto la mala es una, la que actua mal es una.
Mentir a una persona y luego decir que fue para su bien me parece una de las cosas más retorcidas, horribles y cobardes que se pueden hacer. ¿De quién es el bien si hay una mentira?
Elizabeth no quiere mentir, no quiere mentirse, y sabe el sabor de descubrirse engañada. Perdona, siempre perdona porque sabe hacerlo, aunque la tildan de resentida, pero ella no resiente. Perdona pero no puede dejar de sentir, de recordar, no puede olvidar lo que aprendió de ese sabor amargo, quiénes fueron los responsables de que ella ahora sea mejor, más verdadera.
Se promete a sí misma jamás hacer aquello, jamás ser cobarde. Muchas veces le da miedo pero más le teme a verse mentir. Se obliga a no limitarse en saber la verdad, sino también en aplicarla, y aceptar las consecuencias.
Trata de ser real, no juega a ser buena, ni heroína de nadie, ni de pensar que sabe qué sería bueno para los otros y justificarse. Construye su propio bien, y cuando pide ayuda, cuando al fin lo hace, especifíca, explica, grita: cómo podrías ayudarla, cómo no la ayudás, cuál es su verdadero bien, y qué no espera de vos, (aunque estando sentada mirando la hora parece esperarlo todo.) No creas lo que acostumbrás a creer... ni Elizabeth ni la verdad es tan obvia.

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