Sobre la serie

Effymine es una serie escrita a modo de crónica íntima. La primera temporada (existencialista) duró 22 entregas. La segunda (realista) 20. Esta página y producción es parte del BlogArte de Effýmia: effymia.blogspot.com

sábado, 15 de enero de 2011

Episodio 9

La eterna decepción
Mi madre me acusó de creer siempre tener la razón, y de que yo también la prejuzgo a ella. Entonces traté de no hacerlo y hasta recé estar equivocada. No hubo caso, no importa cuantas oportunidades le daba yo llevaba la razón y mis prejuicios eran correctos.

Hoy, Entrega nº31: "LA ETERNA DECEPCION"

Elizabeth se sentía tremendamente sola tras la mala experiencia del año nuevo. Su madre estaba de viaje en ese entonces y no quiso llamarla y contarle para no vivir nuevamente otra decepción por su parte. Recién le contó a su regreso. Para su sorpresa obtuvo la respuesta que necesitaba y pidió disculpas por prejuzgarla. Pero la respuesta de la madre fue precipitada al igual que las disculpas de la hija, porque con el correr de los días pronto la madre volvió a ser esa persona que Elizabeth creía realmente en un principio.
Lloró, ¿por qué no deja de tener la esperanza de que su familia sea diferente? Ella está sola, sigue sola, y, sin embargo, sigue dando oportunidades. Le cuenta a la madre un nuevo acontecimiento y nuevamente se da contra la misma pared, la misma frialdad... una y otra vez. Basta!
Ahora realmente está desbordada, realmente le sucedió algo que la superó, y no va a contarle porque sabe la respuesta, sabe el dolor de la respuesta. Le dice: "No quiero hablar" y se encierra a llorar en el baño mientras las gotas le castigan el cuerpo.
La madre la obliga, la fuerza a hablar, a contarle, preocupada por qué pudo sucederle a la hija en su nuevo trabajo.
Ella se niega, trata de protegerse, recurre a la ironía y se vuelve soberbia porque sabe la respuesta, no necesita experimentarla, eso la aplastaría, pero finalmente fracasa, y nuevamente prueba confiar, y nuevamente escucha a su madre creerse dueña de la verdad, juzgar erróneamente a quien acusa prejuzgarla.
Pero pobre madre! No es sólo ella, gran parte del mundo no ve cuán hondo se equivocan sobre esta sirena. Porque Elizabeth es una sirena, y su madre no es sirena como ella, ni su hermana, ni su padre.
Y sus escamas le dicen: "No seas boluda, dejá de confiar en que ellos puedan nadar hasta donde vos estás y abrazarte". Pero su mitad mujer sigue siendo humana, sigue equivocándose y anhelando ser amada.
Elizabeth, si querés que te amen dejá de nadar. Elizabeth nada.
El peligro está cerca.

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