from 10 a.m. to 10 f.m.

Una mujer me regaló mi primer reloj. Ese día aprendí a leer la hora. Los siguientes dos relojes que recibí también fueron regalos de mujeres. El primero lo perdí, el segundo me lo quitaron, el tercero lo tiré. Ahora la hora la leo sólo en el celular y en el reloj de la cocina, porque el reloj que me despierta por las mañanas no está sicronizado con el tiempo del mundo.

En entregas anteriores: El mundo está dividido y multiplicado. // se suma la existencia de mundos internos absolutamente desconocidos para los otros // existe por ejemplo una mujer y su existencia es única // no tiene nombre, llamémosla Elizabeth // ¿te gusta ser diferente? // los conceptos, a diferencia de las personas, no se encuentran divididos entre la existencia y su representación // el amor no existe en sí, es algo distinto para cada uno // Estás sola. // Elizabeth ya no tiene diez años.

Hoy, Entrega nº5: El tiempo. (From 10 a.m. to 10 f.m.)

El tiempo no existe, es una invención del hombre para no perderse, una invención algo ridícula, porque aún así es inevitable que se pierda. Elizabeth mira el reloj y siente que cree una mentira. El calendario también le miente, ella lo sabe, igual sigue creyendo. Hoy es su cumpleaños, hoy no es su cumpleaños, hoy tiene que hacer algo, hoy no tiene que hacer nada. Hoy es hoy desde siempre. Ayer, mañana, hoy, nada de eso existe, son conceptos.

"Vivir el presente" recomiendan. "Pensar en el futuro" recomiendan. "Abandonar el pasado" recomiendan. "El tiempo se encarga de todo" consuelan.
¿Desde cuándo existe Elizabeth?¿Cuándo va a dejar de existir?
Elizabeth, como cualquier mujer, es ella misma desde siempre, pero el concepto que tiene ella de sí misma no siempre fue el mismo. ¿O es al revés? ¿Será tal vez que nunca fue ella misma, que aún no lo es, que su concepto sobre sí misma es muy bello y no soporta la distorsión? No soporta la idea de tener defectos abominables: de ser mala, tonta o perversa. Hace en el día a día un trabajo de elecciones que responden a lo que espera de sí misma para lograr ser quien representa. Y sabe. Sabe que la distorsión siempre existirá, más aún si debe compararse con el concepto que tienen los otros de ella, pero lucha igual, de la misma manera que sabe que el reloj le miente y se apura, porque llega tarde.
Como dije antes: el mundo interno siempre evoluciona, aunque no siempre a algo distinto. Elizabeth - que sabe que el tiempo no existe - piensa: "ya es tiempo." Piensa que debe decirlo, piensa que debe hacerlo, piensa que ya es tiempo. Luego piensa que no, que aún no. Luego piensa que es tarde para eso, o que aún no está lista. ¿Para qué mira el calendario entonces?
Más tarde piensa en el nunca. ¿Pensaron en esa palabra? Yo pienso que es una forma de preveer la muerte. Si decís que nunca te enamorarías de alguien específico es una forma decir que sabés que te vas a morir antes de conocer esa clase de amor. Por eso es absurdo decir: nunca voy a morir, y no tan absurdo formular lo mismo con otro verbo. Una vez que sos consciente de estar viva, en el inconsciente es más probable morir que cambiar.
Elizabeth pensó mucho tiempo en el Nunca. Mira el reloj, sabe que miente, y vuelve a repetir: "ya es tiempo".
Se despierta, entrevive y duerme.

ir al Capitulo 6
o
volver al índice