Lo pendiente
Hoy, Entrega nº37: "LO PENDIENTE"
Tras el Sr H apareció alguien. No lo llamaría Sr y menos H, aunque no es dificil asimilar por qué Elizabeth no tardó en caer rendida ante la belleza del Joven Q, especialmente porque lo conoció la misma semana en que dejó de ver al Sr H.
De los cercanos encuentros, la última vez que se citó con el Joven Q hablaron de la vez anterior en la que ella llenó su rostro de besos omitiendo su boca.
"Sabés porqué no te besé?" le interrogó ella. Él dijo no saber, y confesó tampoco saber cómo hubiese reaccionado si ese beso acontecía.
"No lo hice porque no quiero que mi primer beso sea bajo sometimiento, quiero que sea algo que querramos los dos."
Al poco tiempo Elizabeth tuvo esa primera vez pero no con él, ni con el Sr H, sino con uno que no importó. Ella tampoco importó, pero ambos querían y eso a ella le servía. El Joven Q le importa. Pasaron meses sin volverse a ver debido a su delicada salud.
"Este viernes voy a tu casa" dijo él "y ya sé un lugar donde quiero recibir tus besos".
Esto se lo dijo el domingo pasado, y bastó sólo eso para que Elizabeth olvidara la felicidad de partir el domingo siguiente a Mar del Plata para ser feliz a la espera del viernes.
"No te ilusiones" advirtió la madre porque cada vez que la ve feliz sospecha un error.
Tarde. Elizabeth pensab en qué ponerse, cómo recibirlo, qué decirle, cómo besarlo, y cuánto falta para que sea viernes. Mantuvo sus dias bastante mas ocupados que semanas anteriores, aún así la sonrisa que le produjo el Joven Q con la promesa de visitarla no se disipaba en ningún momento. Una travesía la hizo desear probar el amor y ahora sólo le faltaba esperar uinos días, sólo unos días.
¿Será amor? "Los hombres que se me acercan sólo lo hacen por sexo" piensa Elizabeth en voz alta mientras el pasto pincha sus recuerdos.
El Jueves Elizabeth, ansiosa, quiso oirle la voz y advertirle cuán bien lo van a pasar, pero fue imposible comunicarse con él, no atendía el celular ni respondía los mensajes. Entonces la precoupación empezó a borrarle la sonrisa, y Elizabeth recordó que la última vez que había pasado algo así fue porque el Joven Q tuvo que ir al hospital de urgencias. No, no pienses que algo trágico le pasó a tu enamorado, lo mas probable es que tu madre tuvo razon en advertirte no esperar que se concrete algo bello en tu vida.
"No te ilusiones" "Los hombres se me acercan por curiosidad, a ninguno le importo" "Ni el Sr H ni el Joven Q me quieren" "Tal vez está grave, y me equivoco" Entre triste y mortificada, Elizabeth, volvió a su casa en la madrugada junto la llegada del viernes, para dormir y luego despertarse y esperar que él cumpla su promesa de visitarla y al fin ser feliz entre besos. "Tal vez viene, si, seguro todo esto es mi cabeza, seguro esta bien y viene, él dijo que vendria, no puede ser que no me quiera al menos un poco, él me quiere, yo sé que él sí me quiere, él no me haría daño".
"Prefiero que no me quiera a que no este bien, quiero que esté bien, tengo miedo, mucho miedo."
Y entonces Elizabeth despierta con ganas de llorar, falta media hora para que él toque el timbre.
Despierta y espera al Joven Q. No lo espera desde el domingo pasado, lo espera desde mucho antes, antes de lo que ella imagina.
Joven Q... ¿llegaste?
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