En entregas anteriores: No tiene nombre. // No creas todo lo que acostumbrás a creer, ni Elizabeth ni la verdad es tan obvia. // Sabe lo terrible, el peligro. // El Sr. H no lo imagina. // Va a perderlo. // "Soy peligrosa", piensa, "puedo ser dañada" // ¿quién va a amarte, Effy? ¿quién va a elegir hacerlo cuando se puede elegir no hacerlo jamás?
Hoy, Entrega nº12: La ubicación. (www.F.y)
Elizabeth ordena sus libros de menor a mayor, desde siempre. No tiene fotos de sus afectos, sino imagenes u objetos que los representan: una entrada de algo compartido, una postal, un regalo, etc. El feng shui rige la disposición de todo en su cuarto. En el sector del amor tiene un corazón brillante escondido en una caja verde, y sobre la misma dos velas rojas que piensa encender cuando pierda su virginidad. Un reloj hace equilibrio sobre el mueble de su computadora, y detrás tiene el corcho de los proyectos donde tiene los horarios de su trabajo, el recordatorio de sus próximas tres citas con el mismo médico, y el análisis de numerología que hicieron con su nombre y su fecha de nacimiento.
Las paredes son blancas. Su cuarto anterior era un poco más pequeño y estaba pintado de rosa. No extraña la vieja casa, pero si ese cuarto. Los libros dormían junto a ella, a lo largo de la cama, también ordenados de mayor a menor. Elizabeth nunca encuentra una lámpara de techo adecuada para su habitación, ni para ésta, ni para su anterior.
Las siguientes cosas se repiten dos o tres veces en el cuarto: la figura de una estrella de cinco puntas, la figura de una sirena, el rostro de Brigitte Bardot, la imagen de alguien leyendo, cajas de adorno, atrapasueños, posters de películas: Las Horas, Desayuno en Tiffanys, La sombra de una duda, Inocencia Interrumpida.
Existe una asombrosa coincidencia: todos los objetos que no se repiten son negros o predomina el color negro, entre las mismas se pueden apreciar los siguientes ejemplos: una bola de billar (nº8), una guitarra en su estuche, Marilyn Monroe, una llave antigua con una soga atada, un paragua, un tacho de basura, la única tijera que hay en la casa, la silla con rueditas, el cargador del celular.
La ventana suele estar siempre cerrada, las persianas suelen estar siempre bajas, la puerta está abierta sólo durante el día. La llave siempre está puesta. La cama casi nunca está hecha, la ropa suele invadir los pisos, el resto siempre está en su lugar.
En todos los sitios en los que vivió Elizabeth siempre fue su cuarto su lugar preferido de la casa, o al menos desde que tiene siete, u ocho.