Sobre la serie

Effymine es una serie escrita a modo de crónica íntima. La primera temporada (existencialista) duró 22 entregas. La segunda (realista) 20. Esta página y producción es parte del BlogArte de Effýmia: effymia.blogspot.com

sábado, 22 de enero de 2011

Episodio 10

Libre
Durante más de dos años estuve enamorada de alguien para quien yo era invisible, y durante mucho tiempo pensé que volverme realmente invisible pondría fin a esta dependencia.
Tanto estar equivocada como estar en lo cierto puede ser igual de reconfortante, todo depende de cómo te des cuenta.

Hoy, Entrega nº32: "LIBRE"

Faltando pocos meses para su partida, Elizabeth consiguió un trabajo temporario en horario trasnoche.
Duerme de día, vive la tarde, cena temprano, antes de las 10 atraviesa tímida la peatonal Florida esquivando a la acomulación de hombres que pueden herirla con una risa o un comentario. En el trabajo al fin es ella y no juega a ser otra, sus jefes la llaman Elizabeth, sus compañeros le dicedn Eli. Por momentos lee, por momentos boceta ideas, entre tanto es la más eficiente trabajando, y le gusta trabajar. No pensó que tan pronto lograría reinsertarse en el mercado laboral sin recurrir a la prostitución.
A las 6 de la madrugada la peatonal está  vacía, y ella la atraviesa veloz, un poco por frío, otro poco por miedo.
"Morocha, morocha" oye desde atrás un hombre llamarla. No se da vuelta y sigue hasta la boca de subte, pero los domingos no abre sino hasta las 8 y Elizabeth no lo sabía.
"¿Está cerrado?" le preguntó la misma voz, y ella ya se había dado vuelta por lo que sus miradas se encontraron. Era un joven bastante bien parecido, con una sonrisa blanca y la piel bronceada, parecía un hombre agradable.
"Te invito a tomar algo, yo pago".
Elizabeth siquiera dudó, lanzó un "No, gracias" y una sonrisa cordial mientras huía. El hombre, anonadado, no supo reaccionar ante la prisa.
¿Porqué dijiste "No", Elizabeth? En realidad no está mal que hayas dicho que no, la pregunta es ¿porqué no pensaste antes de escupir esa respuesta?
Caminó una cuadra arrepintiéndose, retándose a sí misma por haber tenido tan incorporado la negativa. Volvió para ver si estaba a tiempo de aceptar a conocerle, ya se había ido.
Cansada, Elizabeth llegó a su casa. Durmió el día, vivió la tarde, cenó temprano y se fue a trabajar la noche.
Así como en una época su corazón latía más fuerte imaginando la ridícula idea de que el Sr H la esperaba en su puerta al volver del trabajo, así late su corazón en esta nueva era caminando por la desértica peatonal, no con la esperanza de volver a ver al mismo extraño ni conocer a alguien nuevo sino con la feliz convicción de que no es más el Sr H el responsable de que su corazón sueñe con ser amada.
Elizabeth ya no es más de él, y este es el último episodio donde al parecer el Sr H será mencionado.

Ir al siguiente episodio: EL DESPOJO