Sobre la serie

Effymine es una serie escrita a modo de crónica íntima. La primera temporada (existencialista) duró 22 entregas. La segunda (realista) 20. Esta página y producción es parte del BlogArte de Effýmia: effymia.blogspot.com

sábado, 5 de febrero de 2011

Episodio 12

Puertas atrás
Abandoné mi país de nacimiento e hice borrón y cuenta nueva. Cambié de primaria: borrón y cuenta nueva. Al pasar al secundario: borrón y cuenta nueva. Por no entender lo que borraba volvía a dibujarlo una y otra vez, hasta que entendí... y cambié el lapiz por la lapicera.

Hoy, Entrega nº34: "PUERTAS ATRAS"

Fue prácticamente automático. El primer día de Febrero Elizabeth sintió de pronto la realidad del tiempo inexistente bofetearle el rostro. Entendió que quedarían dos meses para que sea Abril, dos meses para irse, dos meses que no son nada. El miedo le pesó en el pecho de un momento a otro, el mismo que Elizabeth había olvidado cómo se sentía, no era ese miedo que la enojaba y lo corregía al retarse por ser cobarde, sino el miedo aquel que la obliga a entristecer y la vuelve pequeña, a ella, que desde hace años olvidó lo que es ser así de pequeña. Le dan ganas de llorar.
"¿Qué me pasa?" se pregunta a sí misma como si fuese su propia madre y no se comprendiese "¿Por qué esta angustia repentina al ver que Febrero empezó?". Un comienzo marca un fin. En Abril te vas y sabés que hay algo que te molesta.
Elizabeth, quien socializaba diariamente en el trabajo, se apartó del mundo a reflexionar e indagarse. Varias imágenes incompletas se dibujaron en su mente, los nombres de varias personas que se quedarán en este país que abandona y se va borrando.
Elizabeth no es de las que huye, hace tres años que dejó de huir, pero si se va en Abril con estas puertas a medio cerrar va a sentirse mal consigo misma, va a recordarse fugitiva. Ella no quiere escapar, si se va tiene que dejar todo resuelto. Su habitación ya se desvanece. Su hermana y su tía aún no le hablan.
"Tengo que cerrar bien todas las puertas, aunque no me guste el sonido que pueda provenir de cada una de ellas al cerrarse".
Sabe lo que tiene que hacer pero nuevamente el miedo trata de persuadirla. ¿Miedos, vos, Elizabeth? Mirá el espejo, mirá tu cuerpo, mirá a dónde llegaste, mirá la mujer que forjaste, el ser humano que lograste construir con lo que tenías (y con lo que no tenías también). Vos no vas a escapar. Vos no vas a subir a ese avión hasta no haber dejado bien en claro quién sos - no a ellos porque tal vez ellos nunca lo entiendan, sino a vos misma, que te conocés. Hacelo, sé vos. No dejes que te deformen, no permitas esa maldita distorsión. No cedas, no calles. Si te vas, y dejás estas puertas atrás que al estar mal cerradas hacen ruido con el viento, estarías cometiendo el peor de los errores: no estarías siendo vos.
Elizabeth conoce bien ese error, lo cometió antes, miles de veces, y sería muy triste que lo vuelva a repetir.

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