Sobre la serie

Effymine es una serie escrita a modo de crónica íntima. La primera temporada (existencialista) duró 22 entregas. La segunda (realista) 20. Esta página y producción es parte del BlogArte de Effýmia: effymia.blogspot.com

domingo, 24 de enero de 2010

F=mc²

Para Elizabeth, lo maravilloso de no haber muerto, de seguir con vida, es una sola cosa: cuando una está viva, no importa si bien o mal, las cosas mutan, nada es estático, todo fluye, y ahora Elizabeth siente una inmensa libertad. Ya no está atada a los secretos sentimientos que tenía por el Sr H.
Sucedieron muchas cosas para que ella pudiese liberarse, y muchos factores no necesariamente están conectados a su relación con él. Lo importante es que ya no lo ama, y esto no la entristece. Es un alivio, y es un orgullo para ella haberlo amado, aunque nunca haya sido correspondida.

(ADVERTENCIA: éste es al momento el capítulo más largo de la serie, por eso decidí no agregar un epílogo personal, ni un resumen sobre las entregas anteriores)

TEORIA DE LA DEPENDENCIA

Las plantas crecen, y su crecimiento depende de factores externos, que afecta su sistema interno y la hace florecer. Las plantas esperan a la lluvia, esperan al sol... son pasivas en su proceso evolutivo.
Muchos hombres y muchas mujeres son como plantas. Elizabeth ha sido una planta toda su vida, hasta que tras sobrevivir a sequías, a inundaciones, a vivir escondida, a ser pisada, a ser despreciada, llegó el día donde renuncia a ser pasiva en este proceso, donde es activa y pide al sol que se ponga cuando lo precisa, a las nubes que le den algo de sombra cuando quiere, y le ordena a la lluvia que la alimente cuando tiene hambre.
Imaginarán lo que vino después, no? Ni el sol, ni las nubes, ni la lluvia le hicieron caso. ¿porqué hacerle caso a ella? ¿es acaso ella el centro del mundo? ¿Que pasa con sus padres, sus amigas, los otros? ¿No son plantas también con distintas necesidades? ¿No necesitan tanto como ella que todo se de a su antojo?
Con pedir no alcanza (pero es mejor que no pedir nada).

"Crecí mucho estos dos años", le dijo al padre tras ese lapso de distanciamiento "pero a partir de ahora quiero que estemos en la vida del otro." y lo dijo porque es una planta que creció mucho y sabe que necesita de él para seguir creciendo.
El padre dijo que sí, y la abrazó con fuerza.

"Estoy lista para avanzar." le dijo al médico, quien previamente le había explicado a Elizabeth que él decide cuándo va a avanzar y no ella. "Lo sé, pero realmente sé que este es el momento."
El médico dijo que sí, y le escribió una receta.

La naturaleza es sabia, dicen.
Yo digo que si una planta se conoce bien, puede crecer más allá de si el mundo se mueve a la misma velocidad que sus necesidades. Porque incluso cuando ella quiere algo, y se le niega, ella continúa creciendo, porque ya no es pasiva, porque está realmente comprometida con su propia vida, y nada puede detenerla.

"Cuando te dije que me iba, guardaste silencio", le dijo al Sr H. "¿hay algo que quieras decirme ahora?" y lo preguntó porque necesitaba una respuesta para entender cómo seguir creciendo... si sería con él o no.
El Sr H. dijo que NO, y agregó palabras correctas.

Entonces ella no lloró, sino que se liberó de seguir esperando a que la ame. Porque eso es lo que Elizabeth más quiere este año: no quiere vivir, no quiere morir, nisiquiera quiere ser amada, simplemente quiere seguir creciendo.

Desde que esta serie comenzó en noviembre, teníamos una mujer dividida, multiplicada y distorsionada. Ahora nos acercamos al final, y sigue siendo una mujer dividida, multiplicada y distorsionada, pero (como mencioné al principio) la ventaja de que esta mujer esté viva, (sea en secreto o no) es que con el avance de un tiempo (que puede que no exista), avanzan cosas mas importantes dentro y fuera de ella, y esas cosas sí existen. Elizabeth sigue condicionada por los factores externos, pero no de manera pasiva, porque si el mundo no se mueve como le hace falta, no va a rendirse, no va a matarse, sino que va a aprender a ser fuerte, y va a tratar de entender qué puede aprender de cuando el otro le dice: no.

2010 suena a un buen año.

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